No
recuerdo en que momento te apoderaste de mi alma
Cuándo fue
que mi voluntad dejó de ser mía y se hizo tuya
Te hiciste
cargo del timón de mi vida
Nublaste
mi vista y te creí mi aliada
Torbellinos
avasallaron mis noches,
Mientras
permanecías inmutable ante mis tribulaciones
No te
conmovieron mis múltiples angustias
Nunca vi vislumbrar
tu compasión por mí desgaste
Escuché
tus consejos
Me guié
por tus coordenadas
Recorrí el
camino que me trazaste
Hasta no
saber más de mí
Aquí te
dejo
No creo en
tus palabras embusteras
Prefiero
escuchar a la muerte
Ella es
mejor consejera
En este
punto nuestros caminos se bifurcan
No siento
desolación al dejarte
El motor
de mis días es otro
En mí ya
no tienes cabida
Pero no
quiero ser injusta contigo
Pues
quizás fuiste tú: obsesión
Lo que me
hizo porfiar hasta encontrar lo que buscaba
Gracias, mi
gratitud es sincera
… y así la
dejé…
Ella, absorta
me miró alejarme
Yo, no
volví la vista atrás
Y revestida
de esperanza y determinación
Comencé a
forjar mi propio destino
Silvia Gurrola Bonilla
Tequisquiapan, Qro. México
Mayo 29, 2011